Non temo en absoluto á morte, soamente a esta efímera existencia
«El Quillo de Algeciras»
Camisa de seda, alma gitana
de corazón blanco, gris o seu cabelo
Don Mauro Ordóñez Sosa para eles
“El Quillo de Algeciras” para nós
en busca, nunca escapado
dun lugar encantado
soía dicir “esta es mi gente”
cando un gaditano estaba presente
Carismático, Emperador
descansa en paz no mar de Camariñas
o corpo e alma
de Don Mauro Ordóñez, “El Quillo de Algeciras”.
Sin rencor
Solo nos separa un océano infinito
de escualos enfrentados por ser capturados,
kilómetros de espuma de la sangre emanan
gime el sol con mis pupilas
como balsas perdidas en el Atlántico
Cruzando a la orilla de los poetas negros,
donde no soy blanco y los de color palidecen
y mujeres y hombres son todavía humanos, fantaseando puramente
Remo, remo, sigo remando
Sobre mi cabeza grandes Boeing 747
pero no le encuentro la caballerosidad suficiente
al no poner en riesgo mi vida
por el poema que más amo en esta mísera existencia.
Así soy
Sigo latiendo cual fugitivo
Gritando a lo recién nacido
Desesperando a los que llevo dentro por una taza de café instantáneo en la cocina equivocada
No hallo entendimiento con la sangre tenue de un domingo eterno
No me valen explicaciones comunes
Grandes tiradas
Que el otoño es hermoso
Miradas de fuego sumergidas en el Ártico
No poseo tal tecnología
Para arrancar el alma de tu cuerpo sumergido
Ai!… Locuaz me hago, más imbécil todavía
Por eso acepto quién soy
Ser imbécil para aceptar que lo soy
Ser luz y ahuyentar las sombras
Pisarme a mí mismo en streaming
Con armas de seductor
Despidiendo el video con voz de radio
Gordo y mantenido como un cerdo.
From Tokyo to your soul
Te busco humana
No me importan credenciales
No me importan tus ideales
No escupas algoritmos
No te gires en los bares
Busco sables reales
Busco el alma, ya codificada
Hallo y exclamo al mismo Dios
Son tantas fotos sin fotografía
Tantas caras sin rostro
Que me pongo enfermo
Y salgo al balcón a fumarme hasta lo más profundo de mi instinto
Y el balcón se aparta
Edificios alejándose
Los coches dejan de circular
Y miro, busco, pero no te encuentro
Hay un pequeño jardín, debajo
La universidad se encarga
Levanto sus cimientos
Solo hay piedras, y me pongo a mear
Dejo el aire acariciar mis pensamientos
Sacudo mis delirios con una sola mano
Y me lo guardo bien al seco
“Hasta el amanecer”
Dice la japonesa que me he comprado, en cientos de idiomas la he programado
Gimiendo el dolor que llevo dentro
Por una soledad sin amor,
Humana.
Autor: Aarón Roble Pulido