Viajando al futuro con El Guincho

Hoy toca repasar la figura de El Guincho, uno de los músicos que más se esfuerzan en romper las etiquetas de género. Posiblemente se trate del productor español con más proyección internacional del momento. Os invito, antes de comenzar el análisis, a que le peguéis un oída a su último trabajo, ‘Hiperasia‘ y una vez concluyáis, procedáis a encasillar a Pablo Díaz-Reixa (nombre real de El Guincho) dentro de un género musical… Difícil ¿verdad?

Las composiciones de este último trabajo resultan un tanto extrañas en su primera escucha. Es comprensible, sobre todo para los que lo conocen de trabajos anteriores como ‘Pop negro‘, donde los ritmos tropicales se mezclaban con cajas de ritmos que -en mayor o menor medida- entran dentro de nuestros esquemas tradicionales de canción.

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Ahora bien, cuando coges estas piezas y les das una vuelta de tuerca al añadirles un vocoder y una atmósfera musical cargada de arritmias y arreglos electrónicos, tienes como resultado un batido muy atrevido. De esos que combinan dulce y salado, pero con un sabor increíble, un sabor que no habías probado hasta el momento y que desde entonces no quieres dejar de probar.

Las canciones redundan en el altavoz, por decirlo de alguna manera es como horror al vacío hecho melodía. Esto se produce por la multitud de referencias estilísticas del álbum: sonidos vaporwave, r&b, hip hop, guiños al reggaeton y al trap, pop de sintetizadores… Pero deja asomar menos la cadencia tropical a la que nos tenía acostumbrado para mostrarnos una faceta mucho más experimental.

Los cambios de ritmo dentro las canciones son frenéticos, acompañados de efectos de percusión que parecen atropellarse los unos a los otros ¡Aunque calma! También hay lugar para incisos dentro de tanto estímulo, canciones más pausadas, con ritmos más reconocibles que te permiten respirar. Te relajas y te dices a ti mismo: “no estoy tan fuera ¿será que este tío ha venido de futuro?”

Comix‘ es uno de estos temas, en el que ha contado con la colaboración de La Mala Rodríguez, a la que vemos que le atraen estos nuevos conceptos, cosa que agrada.

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El videoclip es una verdadera obra maestra, en el que han jugado con la estética de ‘Hiperasia’: la productora del vídeo, CANADÁ, en un principio pensó que ‘Comix’ se trataba de un tema de hip hop. Sin embargo no lo resulta del todo, por lo que decidieron realizar un videoclip que tuviera la esencia de vídeo de hip hop pero actualizando el concepto e influyéndose del director francés Michel Gondry.

La referencia se observa a la hora de utilizar los espacios en el clip y en la forma en la que trata a sus protagonistas, con unos planos muy imaginativos, llenos de color, en contraste con un fondo blanco y la utilización prodigiosa del Stop-Motion.

Hace unos días, el proyecto ‘Hiperasia’ ha resultado ganador de la séptima edición del Samsung EGO Innovation Project. Un concurso que premia a proyectos que desarrollen una propuesta relacionada con la tecnología aplicada a la moda.

Os preguntaréis qué pinta aquí el álbum de Pablo Díaz-Reixa. La explicación es que ha sido publicado en formato wareable, que consiste en una línea de ropa que interactúa con el oyente. Algo más que me hace pensar que esto hombre ha llegado del futuro.

‘Hiperasia’ reúne moda, música y experimentación al vaticinar una nueva forma de acceso a la expresión del músico. Con este formato (traducible en algo así como vestible), cada prenda de la colección incorpora información a la que se puede acceder mediante la tecnología contactless, a través de nuestros teléfonos móviles. En resumen: al acercar la ropa de ‘El Guincho’ a nuestro móvil accederemos al universo ‘Hiperasia’, plagado de vídeos, info exclusiva y todos los contenidos que el canario nos ha brindado para este proyecto.

Es un mundo en el que el artista toma referencias de la superproductividad del sistema industrial de nuestros días. De ahí la referencia a los grandes establecimientos (Hiperasia a.k.a el ‘megachino’ de la esquina), los looks unisex (despersonalización y uniformalización a raíz de la producción sin medida), el universo plástico visible en sus artwoks, las pulseras de plástico que promueven esa estética ‘años 2000’…Una estética, por otro lado, que en pocos años será retro. Es la condena de los 20 años, que vuelve a poner de moda las corrientes estilísticas y culturales con dos decenios de edad. Lo vivimos en 2010 con los 90’s y lo volveremos a vivir en 2020 con los 2000’s. Por lo que otro punto para Pablo Díaz-Reixa.

El Guincho ha conseguido ese aire interesante de artistas como Kavinsky, que han ido creando un alter ego al que alimenta con canciones y vídeos. El Guincho es como un New Krooner del siglo XXI, perdido entre autotunes y sintetizadores. Recupera, en ocasiones, la chulería de sus antecesores: “me largo con la guapa de la fiesta” y otra serie de letras que dejan ver esa faceta de intérprete Don Juan. Pero no se “tira el pisto”, lo hace, como él diría: “suave pibe”.

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Cinco años han sido los que hemos tenido que esperar entre trabajo y trabajo del productor canario, pero ha merecido la pena. Habrá a quien le haya parecido demasiado arriesgado, quien prefiera al Guincho de temazos como Bombay, o lo que es lo mismo, al Guincho de los loops.

Nunca llueve a gusto de todos y no es mi intención alabar al Guincho solamente por el plano innovador. Es un trabajo que conmueve, se parece menos a Tame Impala y más a Aphex Twin. En definitiva puede que El Guincho haya alcanzado una madurez musical en estas canciones, que parecen dejar ver ciertos planos de futuro entre líneas.

Autor: Alberto Román Conde

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